sábado, 22 de enero de 2011

La ropa sucia se lava en casa

Hace unos días nos visitó en el Master ABC, el periodista Iganacio Camacho, y luego de la charla se nos pidió que publicáramos algo acerca de lo que allí se hablo.

Sin embargo, luego de pensarlo un poco mejor, y de buscarle diferentes enfoques para contar lo que Camacho nos había contado, llegué a la conclusión de que, por el bien del propio periódico, yo no publicaría nada al respecto.

Con esto no quiero decir que no me haya gustado la charla, es más, creo que nos venía muy bien que alguien con experiencia nos diera una cachetada sobre lo que nos espera en nuestro futuro como periodistas, pero realmente creo que ese no tiene por qué interesarle a los lectores.


Creo que la información acerca de la desaparición de los periódicos en papel y cada uno de sus argumentos estaría muy bien para una pagina dirigida a periodistas, o igualmente para una charla como la que hemos recibido nosotros, pero no para los lectores comunes y corrientes de un periódico.


Los lectores, como el mismo Camacho lo ha dicho, no siempre buscan información, sino que les confirmen su visión del mundo; sin embargo, por más cierto que esto sea, no creo que ellos quieran que alguien se los diga frente a frente, pues podrían sentirse atacados, y de esta manera buscar otro periódico para su cometido. Con esto solo conseguiríamos perder más lectores, además de los que nos han dejado por leer las noticias en la web.


Tampoco sería congruente contarle al lector que con el periódico en papel nos ganamos 100 millones de euros al año y que en internet nuestras ganancias no serían ni la mitad, pues creo que ese tampoco es su problema, ya que en días de crisis, más de uno podría pensar que de ser así, hasta el euro con veinte que vale comprarlo habría que ahorrarlo y dejarían de comprarnos.


También creo que al lector le importa poco que nosotros nos estemos matando por mantener los periódicos en papel para conservar el prestigio o para continuar seguir siendo un referente, pues aquellos que aun nos leen por necesidad de información, podrían sentirse engañados y buscar cualquier otro medio que les brinde la misma información como la televisión. Además en unos años internet también podría convertirse en su referente, como ya lo es para muchas personas.


Creo que la única parte que podría ser bastante interesante para nuestro público es en la que Camacho dijo que las personas que aún nos compran merecen respeto, pero también podrían sentirse rechazados al darse cuenta que los periódicos en vez de enfocarse más ellos y darles más de lo que buscan, se han obsesionado en recapturar los que hemos perdido. Hecho que igualmente nos podría llevar a perder a más de uno.


Por último, contarle al lector que estamos en medio de un tsunami que busca acabar con los medios impresos y que en vez de alejarnos de la ola, hemos corrido hacia ella; y por otra parte aceptarles que no tenemos ni idea de qué es lo que tenemos que hacer para rescatar los periódicos, es, como dicen en mi país, “mostrar la debilidad en la calle”, es decir, aceptar que día a día los estamos perdiendo y que no podemos hacer nada. Y por más cierto que esto sea... eso no sería bueno decírselos, mejor como se dice por ahí, “la ropa sucia se lava en casa”.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Las elecciones Catalanas en las redes sociales

Las parlamentarias catalanas han sido, sin duda alguna, las elecciones españolas en las que más se ha prestado atención a las nuevas tecnologías. Y es que, desde que Barak Obama llegó a la presidencia apoyado por una fuerte estrategia de redes sociales, ya no hay partido político que no tome en cuenta la campaña cibernética cuando se prepara para una cita electoral importante. Perfiles en facebook, twitter,tuenti, flickr, sitios web y canales de YouTube hay por montón. Pero al final, más que los internautas, las urnas fueron las que hablaron.
En líneas generales la estrategia común fue la interconexión de redes sociales. La mayoría de los candidatos y partidos políticos tenían varias páginas oficiales en Facebook, o le daban acceso a sus seguidores a las páginas propias de los candidatos, para así lograr una comunicación algo más cercana. También tenían varias cuentas en Twitter, canales en YouTube  con videos, aunque un poco pasados, pero muy llamativos para el público; perfiles en Flirck e, incluso, en Tuenti.

Pero no solo se enfocaron a las redes sociales más conocidas, también le apostaron a la innovación creando redes propias, como en el caso de los partidos que ocuparon el primero y segundo puesto: CiU y el PSC.

En el caso CiU, el partido ganador con 1´198.010 votos, habilitó para sus seguidores la red social llamada Cativistes, nombre que une las palabras catalanes y activistas. En esta web cualquiera puede crear su perfil y hacer amigos “cativistes” y estaba pensada para que las personas compartieran información sobre los proyectos del partido.

De esta manera los miembros podían recomendarse unos a otros informaciones y también combinar esas recomendaciones con sus perfiles en otras redes sociales, como Facebook o Twitter, de manera que se iba multiplicando la viralidad.

También permitía instalar aplicaciones como juegos o widgets para escuchar música; y para lograr un poco más de interactividad crearon una lista de los “catavistes” más activos, publicando la foto del “cativista” del mes, una forma de jugar con el orgullo de ser catalanes, lo que resultaba bastante atractivo para sus seguidores incitándolos a participar.

Por su parte el partido socialista PSC, que obtuvo 570.361 votos, se enfocó aún más en la diversión y organizaron su campaña on line en torno a vídeos y contenido multimedia muy viral. Ellos también crearon una página llamada Sociates, pensada como un espacio de reunión de los simpatizantes, en el que se podía entrar a través del login de Facebook Connect, de forma que todo lo que se hacía en Sociates.cat dejaba rastro en Facebook aumentando aún más la acción viral.

Allí encontramos, por ejemplo, una sección llamada “El cabio real” en la que se podía enviar al PSC fotos o vídeos con un 'hecho real', algo que hubiera mejorado gracias al Gobierno del PSC. Todo esto se publicaba, al igual que las fotos de la sección “M de Montilla”,  imágenes que la gente enviaba como apoyo al candidato. Además contaban con un link llamado  el “making or”, que consistía en un video en el que se explicaba qué es Sociates.cat y cómo funcionan sus herramientas.

Sin embargo llama la atención que, pese a todos estos esfuerzos, no existe una interacción fuerte entre seguidores y candidatos. Los seguidores son pasivos, se limitan a ver lo que publican en los perfiles, y a hacer comentarios de escasa relevancia. Si la apuesta por Internet fuese realmente seria, los seguidores de estas redes sociales, sean o no simpatizantes del partido, deberían poder participar activamente en la toma de decisiones de los grupos políticos, en la construcción de temas de agenda, en la creación de argumentarios y estrategias electorales.
La posibilidad de proponer desde las redes sociales existe, pero la probabilidad de que una opinión sea tomada en cuenta, o que genere discusión directa con los administradores de las redes no es muy alta. De nada sirve tener muchas redes sociales con muchos seguidores, si al final no se les saca el mejor provecho. Ésta debería ser la próxima carta que se jueguen los políticos en materia cibernética.